En la foto: Mustang salvajes en invierno. Oregón. Estados Unidos.
En Las Beceas los caballos viven en completa libertad. Salvo algún caso aislado por enfermedad o lesión o alguna otra razón importante, no suelen dormir en boxes.
Preferimos que se adapten a la vida al aire libre.
Es cierto que el invierno es frío en el valle y que la nieve suele cubrir la montaña durante muchos días. Pero los caballos son fuertes y están bien alimentados.
En las noches muy frías les cubrimos con mantas de exterior, esto les ayuda, también el hermoso pelo de invierno que la naturaleza les proporciona.
¿Por qué hay personas a las que no les gustan los caballos con el pelo de invierno?
¡Si están preciosos!. Son como peluches gigantes.
Cuando tuvimos nuestros dos primeros caballos les hicimos un cobertizo para cada uno.
Crack dormía dentro, pero Toni jamás lo hizo. Se pasaba los días y las noches en el exterior, bajo la lluvia y el frío...le daba igual.
Por eso tomamos la opción de las mantas.
Da gusto meter la mano entre la manta y el cuerpo del caballo y sentir su calor. Aunque tenga las crines cubiertas por el hielo y la cara empapada ,notas que su cuerpo está calentito y seco.
La prueba de que no lo hacemos tan mal es que ni siquiera se constipan.
Vivir en libertad les aporta un equilibrio psicológico importante, se evitan todos los tic nerviosos y los vicios de cuadra, a la vez que les permite formar una manada y mantener sus instintos naturales de conducta y jerarquía.
De momento disfrutan de un suave otoño , el sol de las mañanas y la protección de los árboles frente a los aguaceros , les permite vivir cómodos y tranquilos.
Mientras el otoño transcurre,ellos se van preparando para el frío y ya están empezando a parecer peluchitos peludos. Peluchitos gigantes.