Solo en las cumbres quedaban, tendidas al sol, los restos de las grandes nevadas de este año, como un recuerdo ,para que no olvidemos que son las dueñas y señoras del invierno.
El sábado el valle estaba limpio.Luminoso.
Como invitándonos a disfrutar, y lo hicimos.
El día comenzó con el traslado de los caballos desde la finca de la piedra grande a la cuadra. Aquí les vemos, detrás de Laura y Crack.
A todos nos hacía falta un día como este; soleado y cálido. A los caballos, a los alumnos y a nosotros. Pudimos dar clases y pasear un rato.
También se acercaron a la cuadra otros amigos que salieron a caballo.
El sol es lo que tiene, nos hace salir y vivir un poco más alegres.