jueves, 19 de noviembre de 2009

La casa de arriba

La casa de arriba está rodeada de árboles y allí el otoño es rubio y lumínoso.

Lleno de hojas amarillas que después se lleva el viento como por arte de magia.

Ahora no hay caballos en la casa, les echamos de menos, está más solitaria; de alguna manera más sola, como nosotros.

Pero en un momento nos ponemos en el valle y así, con cierta emoción contenida, nos sentimos mejor.

Su presencia nos llena.


Apache en casa durante el invierno pasado.

El Valle rojo

Este Otoño está siendo muy largo de colores y sol.
El año pasado en estas fechas ya estábamos cubiertos por la nieve-podeis recordarlo en el blog-.
Al día de hoy apenas ha llovido y no hace frío.
Los caballos, previsores, ya tienen el pelo de invierno, parecen "peluchitos" y da gusto abrazarse a ellos, tan suaves...
En realidad el Valle es generoso, a la vez que duro y hermoso.
Uno de esos lugares "donde se calma el dolor".
Os invitamos a conocerlo.