Desde que estamos en el valle este es el invierno que más nieve hemos tenido.
Se suceden las nevadas una sobre otra, sin darnos tregua.
Las mangueras se hielan, las pilas, los caminos... menos mal que tenemos recursos.
Dicen que los caballos soportan temperaturas de hasta 18 grados bajo cero sin sentir frío; esperemos que sea cierto; aquí llegamos con facilidad a 12 grados bajo cero.
Nosotros les alimentamos bien, para paliar el gasto energético de la mejor manera, ellos contribuyen con ese hermoso pelo de invierno que tanto me gusta.
Lluvia, como una señorita, es la única que duerme dentro, y Apache, que duerme en la cuadra de casa, los demás a la intemperie , cosa que no parece afectarles mucho. Se les ve felices y animosos. Claro que tampoco te cuentan cómo han pasado la noche.
Los días son hermosos bajo la nieve.
El valle siempre lo es, y nosotros afortunados por estar aquí.
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