La casa de arriba está rodeada de árboles y allí el otoño es rubio y lumínoso.
Lleno de hojas amarillas que después se lleva el viento como por arte de magia.
Ahora no hay caballos en la casa, les echamos de menos, está más solitaria; de alguna manera más sola, como nosotros.
Pero en un momento nos ponemos en el valle y así, con cierta emoción contenida, nos sentimos mejor.
Su presencia nos llena.
Apache en casa durante el invierno pasado.
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4 comentarios:
Hola amigo mío. Bonito blog...da gusto ver "vuestro mundo" - sano, saludable y positivo. Tenemos ganas de volver a estar con vosotros allí en el valle. Estamos en contacto. Abrazos - Joseph
Hola!
Quisiera saber dónde estáis situados.
Gracias.
Hola Anónimo.
Aquí no lo vamos a desvelar; es un lugar secreto.
Pero si de verdad te interesa escríbenos al correo
cuadralasbeceas@hotmail.com
Gracias
no lo digas
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