Este año llegó un mes más tarde, con retraso y con más calma.
Quizás para quedarse.
Pero solo fueron unos momentos. Después la nieve se hizo grande; grande y señora, dueña del valle. Y nos cubrió a todos con su " silencio blanco", como escribió J. London.En Las Beceas la nieve es el sueño del invierno. Su refugio lo tiene aquí; su casa. Nosotros , mientras ella duerme,vivimos gobernados por su clemencia; a veces por su inclemencia. Pero eso nos hace sentirnos fuertes, vivos. Más vivos y más fuertes. Y atendemos a nuestros caballos con mimo y con amor.Con más ganas, más fuerza y más cariño.Sabemos que nos necesitan.
Y cuando el sol consigue salir con fuerza y se extiende sobre el valle, el paisaje se vuelve tan hermoso que no quiséramos estar en ninguna otra parte, en ningún otro lugar.
No hay otro lugar en el mundo. No tan cerca.
No hay otro lugar en el mundo. No tan cerca.
1 comentario:
Hola:
Suelo seguir el blog, aunque últimamente no lo actualicéis mucho. Estáis en un sitio envidiable, la verdad. A ver si algún día puedo haceros una visita.
Un saludo!
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