Un día festivo en el que acudimos, montados a caballo, a la romería que se organiza en honor del santo. Un motivo para pasar un día festivo junto a otras gentes de caballos.
Es bonito comenzar el día con los preparativos; las sillas, los cepillos, jabones...etc...
Además es muy cómodo hacerlo en la casa de arriba; sombrita, cafetito, bizcochos...
cada uno limpia su caballo y Laura se ocupa de las trenzas, es lo que tiene saber hacerlas...o enseñas a los otros o las haces tú todas.
Al final salimos con ocho caballos, los dos ponis, valiente y Ginebra, se quedaron en la cuadra. Bastante atención requiere ir por las calles del pueblo pendientes de caballos, jinetes y de los niños- Vera e Ibor- comopara llevar dos ponis del ramal.
El año que viene será. Cuando los más peques puedan montar solitos.
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