miércoles, 26 de noviembre de 2008

El valle rojo


En los últimos días de otoño el valle se vuelve rojo.
Las hojas de los robles se tiñen de un naranja rojizo, muy fuerte, y al amanecer y al atardecer, el sol las vuelve casi rojas.
Esto dura pocos días. Solo hasta que el viento las arrastre tras él.
Ayer nevó, el suelo quedó cubierto de blanco y de frío. Los robles aún mantienen la mayor parte de las hojas.
El sol del ocaso creó un paisaje irrepetible. La nieve resplandecía y los robles, rojos, brillaban de fuego.
Los caballos acudieron con cabeceos y trotes al pienso de la tarde.
En aquel momento no hubiera podido estar en otro lugar mejor.
Creo que no existe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bellísima foto! :)
Me emociona verla! :)