martes, 4 de noviembre de 2008

Un otoño frío



El otoño a cambiado.
De repente.
La primera nevada llegó antes que otros años, no quiere decir esto que nos pille desprevenidos;estamos preparados para ello. Pero estábamos disfrutando de esta inesperada
" primavera" otoñal, con lluvias suaves , sol ,y buenas temperaturas.
Ha terminado bruscamente.
Ahora el frío se ha instalado en el valle. Parece que va a ser un invierno largo.
Las nieves persisten en las cumbres y el agua es fría.
El trabajo en la finca se vuelve más duro, pero no menos agradable; da gusto ponerles la comida , las mantas... en definitiva, da gusto estar ahí, a su lado.
No solo nuestros caballos viven sueltos en el valle, hay otros, como el de la fotografía, que todavía pastan en los prados, hasta que el invierno lo permita.
Los árboles son un buen refugio natural, en nuestra finca hay muchos , forman un tupido bosque donde se guarecen en las peores noches. Los robles mantienen las hojas hasta muy avanzado el invierno lo que proporciona cobijo a los caballos. También las grandes zarzas y los matorrales crean barreras naturales contra el viento. En lo más intrincado del bosque hasta es difícil encontrar a los caballos. A veces les llamamos y no aparecen, solo cuando escuchan el ruido de los bidones al ponerles el pienso. Entonces llegan todos tan contentos.
Marcándose las distancias y estableciendo la jerarquía unos sobre otros, como una auténtica manada.
En ese momento puedes imaginarlos libres y salvajes.

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